¡ Bienvenido Mister Marshall !

Con el escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español y tener los cuarentas retecumplidos, es la facilidad de ver algunos paisanos lamentandose; lo que el más tonto veía venir desde hace algunos años, sin otra bola de cristal que simplemente el sentido común. Pienso en los incidentes que se producen cada noche en las ciudades costeras, como Lloret de Mar o en la Costa del Sol por ejemplo, por parte de turistas jóvenes, ebrios y gamberros, mientras los vecinos ponen el grito en el cielo.
Lamentándose que España, o buena parte de su litoral Mediterráneo, se haya convertido en una macrofiesta del botellón, donde viene a recalar el turismo más cutre de Europa. Los reyes " cerveceros, bailones y vomitones", a 20 euros la noche.
¡Vaya por delante que turismo basura hay en todas partes! Eso no quiere decir que todos sean iguales y que su poder adquisitivo le permita cada día dejarce 300 euros en un restaurante diurno o nocturno con vistas al mar. Simplemente son "turistas dignísimos" de botella de agua, bocatas y pizzas recalentadas disfrutando de unos días de descanso en nuestro país, seguramente muy merecidamente después de un largo año de trabajo.

"La indignidad" es lo fácil que se lo hacemos aqui al otro tipo de guiri  "al gamberro". Le montamos docenas de apartamentos y hoteles baratos, trescientas hamburguesas y perritos, barriles de cerveza en cada esquina y agentes municipales tolerantes con el guirufo, antes de caer en el coma etílico o matarce haciendo el tonto desde algún balcón, se orinan, rompe y vomitan todo lo que le da tiempo. Sin ningún tipo de regla a cumplir, entrando a los comercios, locales, restaurantes, bares, sin exigir,  ni siquiera, que se pongan la camiseta, descalzos y rascándose la parte interior de la bragueta, no vayan a irse a comprar o cambiar el lugar de vacaciones.

Ahora para que nuestro país no se convierta en un estercolero turista y poder combinar los dos tipos de turismo el "digno con el indigno", hace falta cultura, tradición, inteligencia, previsión a medio y largo plazo y sobre todo la conciencia de que la oferta turística no puede inspirarse en " tira todo por la borda y mañana Dios dirá".
¿ Cuánta riqueza generaría para toda las regiones un turismo de calidad con servicios impecables ?
Lo nuestro, es otra cosa, porque se junta un montón de turistas "pasados de copas tres pueblos", que no saben si van por Torremolinos o por las Islas Margaritas de la tajada que llevan. Lo ponen todo patas arriba haciendo en manada lo que en su país no les permiten y los agentes de la porra tienen que aplicar mano dura, para poder meterlos por vereda. Por tanto, nos estamos volviendo un país de " todo a 100 ", y que para complacerlos transformarnos nuestros pueblos costeros en barras libres, arrasamos el buen gusto, liquidamos el comercio tradicional, convertimos a nuestros hij@s en camareros de chiringuito y le lamemos las chanclas a  la gentuza de todo el mundo.

Por eso, hace poca gracia cuando vemos en el telediario o contemplamos in situ en una calurosa noche de verano, los borrachos, hooligan de las peleas y efectos varios. Lo desastroso y ruinoso que es, este tipo de turismo, porque es: " pan para hoy y hambre para mañana ", ¡ gracias ! a la omisión y falta de previsión por parte de alcaldes, concejales, comerciantes y vecinos ", por tanto, " el que pide la música le toca despues bailarla ".