viernes, 24 de abril de 2015

Si yo fuera Angela Merkel.-

Criticar es fácil, lo difícil es gestionar, aparte de ser honrado y parecerlo... Yo me pregunto cada día ¿Por qué se alargan tantos los casos de presunta corrupción en España?, ya sea los ERE de Andalucía (PSOE), los cursos de formación (PSOE),  tiene el deshonor de batir todos los récord 3000 millones de euros lo conocido hasta el día de la fecha, el caso Gürtel (PP), en Cataluña (CIU) el Expresidente Pujol y su clan los omaitas (mujer, hijos, amigos y otras especies) etc... El clan de la tortilla, por cierto siguen todos en libertad riéndose de aquellos que pagamos impuestos. Todo se alarga tanto que parecen telenovelas, y ahora me pregunto: ¿ a quién beneficia que asuntos tan importantes se dilaten tanto en el tiempo que termina casi por olvidarse ? ¿ Tienen los jueces medios suficientes para evitar tanto retraso ? ¿ Se puede llamar justicia a un sistema que tarda 7 ó 10 años en dictar una sentencia ?; y generalmente queda archivada porque no ven indicios de delito ( Caso Faisán, el chivatazo al aparato financiero de la banda terrorista ETA), penas mínimas de cárcel, indultos y otros tejemanejes para que todo quede al final en nada o dimitan alguno que otro; después se van a casa con todo lo robado. Me da vergüenza de ser andaluz y a veces inclusive de ser español. Una sociedad anestesiada, que tiene lo que se merece por dividirse en derecha o izquierda y no votar gestiones sino siglas.
Los jueces son colocados por los políticos (Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo, este último para juzgar a nuestros políticos, sí al que usted y yo le hemos votado, con "V", no con "B"), se dividen en dos conjuntos, llamados " progresistas y conservadores". ¿  En las sentencias de los jueces influye la ideología o es que existe dos Código Penales diferentes según las siglas y yo lo desconozco?
Entre tanta corrupción, tanto embuste de los políticos, tanto incumplimiento, tanto asunto turbio típico de la mafia siciliana, tanto recorte, tanto privilegio para la casta parasitaria y para unos pocos de esta escombrera, tanto nepotismo y tanta falta de decoro y vergüenza, a los ciudadanos nos queda pocas esperanzas de que este caos se solucione algún día; de que podamos; en el futuro, vivir de forma medianamente digna y de que esta sociedad se regenere y salga del lodazal en el que está metida. Y una de las pocas cosas que nos queda es la justicia, con mayúsculas, aparezca y haga lo que pueda por aplicar la ley, sin distinción, sin privilegios para nadie.
Nuestros jueces tienen una oportunidad de oro para ayudar a este país a recobrar el pulso,para acabar con tanta injusticia y tanto atropello, para demostrar a la ciudadanía que ellos están ahí, que si nos han abandonado los que nos gobiernan y nos expolía el que puede, ellos no lo van a consentir, en la medida que puedan aplicar las leyes con todo rigor. 
P.D. " El que la haga que la pague ".....Angela Merkel, 
Y ahora la Declaración de la Renta, el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica, el Impuesto de Bienes Inmueble etc.. Que me pidan mi voto que le voy a dar........jamón...jamón.....entre ello a Podemos, es decir, podemos joderos más.

miércoles, 8 de abril de 2015

La vida y la nube

No podía ser dañino. Era simplemente inteligencia práctica. Debes hacer una transferencia bancaria periódica, solamente la programas online y fuera preocupación. Gracias a la memoria de mi ordenador, no fallaría jamás. Después quise descargarme los números de teléfonos y correos electrónicos de mis amig@s; fueron a parar a una agenda electrónica en la nube. Podría recuperarlo desde cualquier dispositivo en cualquier parte del mundo. A continuación hice que mi navegador almacenara toda mi historial de navegación y contraseñas. Así podría recuperar toda la información vista años antes y para que hacer ese inútil esfuerzo de almacenar en mi memoria la dichosa contraseña. También me deshice de  mis absurdos libros, cd, dvd y albúmes de fotos de la juventud, conservándolo exclusivamente en la nube y sus versiones digitales; adiós sentimentalismo inútiles. Por último tiré hasta la librería.
En la limpiada estancia al fin reinaba el orden. Había logrado ganar espacio, aligerar mi mente de memorias estrafalarias y liberarme de los lastres emocionales. Podría concretar toda mi capacidad intelectual en menesteres verdaderamente importantes. Meses más tarde era incapaz de retener un número de teléfono y las contraseñas. Olvidaba en el acto los nombres y caras de las personas que me presentaban. Necesitaba consultar mi teléfono u ordenador para tomar cualquier decisión. Hasta que un día olvidé que en qué país vivo y cómo me llamo. Sé que un día mi ordenador me devolverá de golpe mi memoria. Me aplastara con todo lo que quise olvidar.