lunes, 30 de marzo de 2015

Las grandes personas.-


En estos momentos tan complicados para tantas personas, de pronto la vida te sorprende gratamente y te das cuenta de que no todo está podrido y que sigue existiendo afortunadamente la amistad.
Hace unos días me reencontré con una antigua amistad, una de esas personas que a pesar de los años transcurridos conserva la esencia de lo que fue y a pesar de las desilusiones sufridas no ha perdido ni un ápice de su sentido del humor, ni de sensibilidad y nos reímos con ganas, compartiendo un café, rememorando historias y anécdotas de nuestros años de juventud, esos años que no volverán, porque no hay vuelta de calendario, pero que nadie nos puede quitar, porque estuvimos ahí, en primera línea, y lo vivíamos como si no existiera el mañana.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos......El poema de Neruda es precioso, pero ninguno de los dos estamos de acuerdo y hemos llegado a la conclusión de que nos puede fallar algo, por ejemplo el chasis, que ya no es el mismo, pero por lo demás está intacto.
Y lo más sorprendente y lo que me ha hecho compartirlo con tod@s, es que seguro que no somos únicos ni especiales, seguro que hay muchas personas iguales o mejores que nosotros, pero seguro que algo tuvimos que hacer bien, cuando sigue existiendo la amistad.

sábado, 14 de marzo de 2015

Por favor mirada al frente....

La ciudad, ese millón de cosas según el gran poeta de la radio, se está transformando día a día al compás de las nuevas tecnologías con una velocidad que supera a la de la luz. El panorama que nos ofrecen actualmente sus calles nada tiene que ver con el de hace unos pocos años, en los que las personan caminaban mirando de frente. Ahora no apartan sus ojos de ese invento diabólico con el que no para de teclear con las yemas de los pulgares. Me sorprende ese interés en eternizarse en el diálogo hasta el punto de no interrumpirlo ni para cruzar el semáforo. Me permito una recomendación: Por favor, de vez en cuando aparte su mirada
del móvil y miren al frente.
 Puede que de pronto descubran que vale la pena recuperar la imagen real de la vida en la calle, aunque solo sea para darse la oportunidad de reencontrarse con una antigua amistad, un familiar, o un viejo amor del pasado.....alguien que también venga andando con la cabeza agachada como un zombi abducido  por la obsesiva modernidad, deambulando en el desatino.