jueves, 26 de enero de 2012

¡ Historia ajena !

Hace unos días, de esos catálogados " tontos ", donde comienzas a caminar, sin rumbo fijo, en una fría tarde de invierno. Pues terminé, como a veces termino, refujiado en alguna biblioteca leyendo algún libro interesante, pero ese día ninguno de los que cogí me llamó lo sufisientemente la atención, para que me dijera "cójeme, leeme y llévame", terminé leyendo un periódico de tirada nacional y la verdad, es que cuando acabé de leer este artículo, me sentí: ¡ triste y emocionado a la vez !
Desde mi modesta opinión, creo que merece la pena, que lo mencioné y darlo un poco más a conocer, para aquell@s que no los haya leído.
El relato comienza en una noche, en la ciudad condal " Barcelona", este chico de estado civil soltero. Conoció un día vía internet, a una persona de la cual se enamoró, como se dice por estas tierras andaluzas " hasta la medula " gustos caros y exquisitos, le llevó el día de la cita ¡ un regalo ! para su particular encuentro, con la teórica mujer de sus sueños. Llegó el día "X" y la noche "H" y quedaron citados a una hora prudencial, concretamente a las 21,00 horas de la noche, para ir a cenar. Comenzó a correr las manesillas del reloj, segundos, minutos inclusives horas, percatandoce de  que ya no vendría. Quedándose éste, con las ganas y con un bonito reloj, valorado en 1500 euros, aunque un sentimiento de frustracción recorría todo su cuerpo.
No deseando perder la noche, llamó a un amigo para tomar unas copas. Antes que llegara, sacó dinero de un cajero automático, encontrándose a las puertas, una indigente, a la cual hizo caso omiso ¡ inclusive rehuyéndole la mirada !. Paso de largo y después de caminar algunos metros, se volvió hacia ésta de nuevo ¡ despechado y furioso ! le regaló a la indigente la cajita de terciopelo rojo, con el reloj y le comentó, que estaba valorado en 1500 euros, que no llevaba el ticket de compra, le dijo que fuese a la tienda donde él lo había adquirido y le reintegraran a ella " el importe de lo que había costado ", le facilitó su nombre y número de teléfono, por si tenía algún tipo de imperimento para su devolución, ya que podrían creer, que podría haber sido robado.
Al cabo de unos meses, recibió una llamada por parte de los mozos de escuadra, preguntadole, por su nombre y apellidos y si tenia alguna relación con una persona que había fallecido de frío, en una calle de Barcelona, entre sus pertenencias, había encontrado una cajita de terciopelo rojo, con una nota, donde figuraba su nombre, le dijeron si podía ir a recojer las cosas que le había dejado en herencia ¡ este lo hizo !, y liado en un pequeño paño, allí encontró su trocito de papel, donde un día le escribió su teléfono, una nota de agradecimiento y el citado reloj.
Años atrás, había sido una persona culta, con formación, pero que las circunstancias de la vida, la había llevado a la pura indigencia. Al final, se llevo una pregunta, que much@s nos hacemos al leerlo y que ella prefirió llevarse a la tumba ¿ porque no vendió el reloj, para cubrir un mínimo, la necesidades básicas de cualquier ser humano? ¡ jamás ya tendrá respuesta !.
Los valores en las personas no se miden por sus ropas, sino por sus hechos.-

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Precioso y emotivo lo que has publicado, Antonio.
    La lectura que saco a todo esto, es que la indigente valoró más el regalo en sí, que su valor en metálico. Quizás se percató del motivo por el cual, el señor, le entregó ese reloj. Quizás en su pasado, antes de la indigencia, ella tuvo otro similar, que le fué regalado por álguien especial y que por un motivo u otro, tuvo que desacerse de él.
    Lo que está claro, es que ella guardó ese regalo con todo el cariño del mundo, incluso conservando la nota que en su día le dió el señor que le regaló. Seguro que ella apreció más ese obsequio, de lo que la internauta lo hubiese apreciado...
    Un beso, niño, de tu amiga

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    1. ¡ Gracias ! Maite, por tus bellas palabras. Un beso, Antonio

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