domingo, 1 de septiembre de 2013

Una ciudad sin ley

Todavía somos muchos los ciudadanos que nos acordamos del antiguo recinto ferial : familias paseando, chicos y chicas vestidos de campero, y flamencas respectivamente; casetas llenas de familias compartiendo unos pollos asados, hamburguesas, pinchitos etc...Otros en la caseta municipal viendo alguna figura del cante, coca cola o fanta de naranja y paquete de patatas en mano, viendo a sus artistas favoritos. Ahora todo eso se ha acabado, el arte ecuestre que ha estado tan presente en la feria,  ha pasado a" arrancada de caballo, parada de burro."
La feria de Agosto, junto a la Semana Santa, representó durante años el mapa de la personalidad de la Málaga más fiestera y auténtica. Todo ha ido bien hasta que los jóvenes de un tiempo a esta parte han terminado por arruinarlo todo : los jóvenes imponen la ley de la selva en todo los aspectos, incluido los horarios impuestos por el propio ayuntamiento, prolongan su diversión hasta bien entrada la noche incluida la madrugada en el centro de la ciudad, ya que a las 19,00 horas tendría que ponerse el punto y final al jolgorio y consumo de alcohol en la vía publica.
La normativa municipal establece que la música hay que cortarla a las 18,00 horas. El fin de la fiesta se establece a las 19,00 horas con la finalidad de despejar las calles y permitir a los operarios de Limasa que comiencen a desarrollar su tarea de limpiar y adecentar el pavimento, así como retirar la gran cantidad de botellas, vasos, bolsas, minimizar los malos olores de los orines, vómitos y restos de comidas, lo que favorece una posible caída de cualquier persona que transite por ellas.
Todo ello imposibilita limpiar las calles (Casapalma, Cárcer, Alamos y Madre de Dios) entre muchas otras, hasta altas horas de la madrugada, es decir, las 7 o las 8 horas del día siguiente.
Aunque en otras zonas de la ciudad no tenemos la suerte de que nos limpien ni las papeleras, ni botellas, ni restos de comidas y ni por supuesto los vómitos que llegan a secarse en las aceras sin que nadie se digne a limpiarlo "hasta que llegue el otoño o invierno y llueva"
Esta libertad horaria impuesta por los jóvenes demuestra el fracaso del Ayuntamiento al querer regular el tiempo de ocio de la gente en feria y confirma que la normativa se la pasan por los forros de los pantalones esta juventud.
 El pasado año se colocó por parte del Ayuntamiento una carpa en la explanada de la iglesia de Santo Domingo para que los jóvenes bebieran como cosacos y cayeran salvajemente al suelo de tanto beber, considero que funcionó en el sentido de que al menos el centro no se convirtió en un macrobotellón y en una cochinera. Evitó que los jóvenes bebieran sin control en las calles, donde normalmente se encuentran aquellas personas que sí desean pasar un buen rato de cante y baile con los amig@s de verdad. Pero empresas importantes de la zona han protestado porque sus clientes no podían dormir y recibían muchas quejas, y otras porque espantaba a los clientes el ganado que deambulaba como zombis hartos de ron negrita, whisky y garrafas de 5 litros de vino perrunero o otro cóctel parecido, cayendo las quejas vecinal en saco roto para este equipo de Gobierno, excepto cuando se aproximan las elecciones.
La feria de día de Málaga ya no es feria, sino un inmenso y caótico botellón, que inunda de vómitos y algarabía de mal gusto todo el centro de la ciudad.
El ayuntamiento ha tratado de solucionar el asunto poniendo un espacio también para los jóvenes, sin horarios de apertura ni cierre en el Real de la feria. Lo que ha conseguido es arruinar la fiesta tanto de día como de noche, en el centro y en el Real de Cortijo de Torres. Estos políticos se han equivocado en el diagnóstico de la enfermedad. El problema de esta democracia es el mismo que tendría cualquier médico si tuviese que adecuar cada diagnóstico a las preferencias del enfermo. La feria de Málaga está siendo arruinada por una juventud degenerada y materialista, sin ningún sentido del comedimiento y menos del beber. Los jóvenes degenerados españoles (aunque gracias a Dios no son tod@s) han sido las primeras víctimas de los planes de ingeniería social para la metabolización moral de la población española. Durante estos últimos años de" buenrrollismo" democrático, allí donde prevalecía el beber y la inexistente exigencia, crecieron y se multiplicaron con el abono natural de una Democracia mal interpretada, siendo éste un sistema político que está sumiendo a nuestros jóvenes en un pozo sin retorno.
Vagos crónicos la mayoría, descreídos y sin mayor ideal trascedente que la posesión de un iPad y dinero en el bolsillo.
La feria de Málaga constituye la mejor imagen del nivel de cretinización al que han sido conducido miles de jóvenes españoles, carentes de éticas y estéticas y también del más elemental sentido de la responsabilidad y la dignidad. Llama a la reflexión esa aceptación por parte de la ciudadanía y de nuestros políticos ,en ver como algo normal a un chic@ tirad@ en el suelo fornicando o borracho como una cuba.
Miles de planes nocturnos pagados con nuestros impuestos para la diversión de nuestros jóvenes (deportes y actividades varias), ¿para qué? me pregunto yo. Demasiada Ley del Menor, demasiada permisibilidad,  muchos derechos y ninguna obligación por parte de esta "generación nini", ni trabajan ni estudian.
¿ Qué sociedad, que país se puede construir con semejantes materiales ?. No es necesario esforzarse mucho para imaginárselo. ¿ Es razonable que vagos indomesticables acudan al auxilio de una sociedad que hace aguas por todos los lados ?
La imagen que se ha dado al turista nacional e internacional es bochornosa y me da vergüenza de ver mi ciudad como la vemos en Feria y fuera de ella cada fin de semana.
- Impuestos + limpieza + vergüenza = Orgulloso de ser malagueño, andaluz, español
¡ Por una Málaga limpia  y una feria para tod@s !

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