Esperando una llamada telefónica ¡que nunca parece llegar su ansiado sonido!, pasan los días y las noches y ésta no llega. Te extraña más el poder coger el sueño, levantándote en la mitad de la noche con el corazón cohibido en la palma de una mano, hace dos o tres horas que te acostaste y los nervios doblegan el alma.
¡ Al despertar ! observas el otro extremo de la cama, el cual se encuentra vacio. Y tu mente comienza a dominar tus pensamientos " Ella, no está a tu lado". Aunque siga esa persona ausente, esperas un rayo de luz y esperanza, podiendo llenar ese hueco interior, que debería ocupar al otro extremo de la cama ¡la persona querida!. En realidad, el hueco lo tenia en el corazón. El bombeo de sangre le hace desangrar por todo su cuerpo ¡ un puzle roto a merced del destino !. El dolor interior que padecía, es cada día más desgarrador e intenso, pero más le dolía la ausencia de ella, sin saber cuando volvería y si algún día lo haría.
Quería dormir y descansar, sin necesidad de levantarse nunca. Quería ser feliz, sin querer vivir, requería un abrazo de ella. Y se tuvo que conformar con un pensamiento. Pobre de él, pues al mirar el reloj, solamente había transcurrido unos minutos de esa interminable noche, le quedaba toda ella, para intentar enterrar una infinidad de pensamientos, quiso levantarse y le falló el ánimo. Antes de caer al abismo del olvido de una triste noche de soledad, al humilde amparo de la niña de sus ojos, del pestañeo triste y ralentizado, en busca de "una luz en la oscuridad". Un único pensamiento volvió a resurgir con fuerza dentro de él: ¡ ella !
¿ Quién sera el próxim@ ?
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