martes, 8 de octubre de 2013

¡ El recomendado !

El síndrome del recomendado es una de las patologías que padece nuestro monarca, ¿ quién no se cambiaria por él ?. Pues yo mismo no lo haría, o mejor dicho, a veces sí lo haría. Por ejemplo, cuando me prescribe el especialista una resonancia magnética y decido hacérmela en el Hospital Quirón, me preguntan : "¿ qué compañía de seguros tiene ?" y cuando respondo, me  dan la cita para dentro de casi 3 meses, lo comento en la compañía de seguro a la que pertenezco y me dicen: "que es porque están cabreados". O cuando estoy en un atasco mirando compulsivamente el reloj para llegar a algún lugar de importancia porque llego tarde, y sin embargo, el rey tiene el real Don de la puntualidad porque  se paraliza una ciudad cortando calles ayudado por la policía. El Rey cultiva la real gana, que por algo es suya, y si se le antoja un capricho no tiene que comprarlo. Él es rico sin necesidad de dinero ( Que lo tiene en abundancia).
Salvando pues estas excepciones, no me cambiaría por el Rey. Sobre todo si tuviera problemas de salud. En la enfermedad real confluyen muchas mentes privilegiadas y muchas manos mágicas, muchos ojos clínicos, mucha afición y muchas ganas. Sin embargo, los médicos del Rey son en el fondo hombrecillos dotados de miedo escénico y no creo que puedan sustraerse a la emoción de cometer un error. Pero, ¿ y el Rey ?, ¿qué siente el Rey cuando nota unas manos y voces temblorosas palpándole el cuerpo y diciéndole relájese majestad?.
Todos hemos oído hablar del síndrome del recomendado. El exceso de celo conduce con frecuencia al error o a la desproporción. Don Juan Carlos ha sufrido unas cuantas operaciones en su maltrecho esqueleto, hace pocos días en el Hospital Quirón de Madrid lo intervino el Doctor Miguel Cabanela y su equipo, que trabajan actualmente en la clínica Mayo en Estados Unidos. El real Rey deseaba operarse en Estados Unidos, aunque por consejo del ejecutivo de Mariano Rajoy se le desaconsejó tal traslado, con toda probabilidad por la sensibilidad que tenemos con respecto a los recortes en sanidad, ¡supongo yo!. Igual si a este señor, no se le hubiera tratado como a un Rey y lo hubieran tratado como a una vasallo, tal vez todas estas operaciones hubiesen quedado reducida a la mitad.
De hecho, sus médicos dijeron al día siguiente, a poco de operarle, que caminaba por la habitación con ayuda de un andador . Otras fuentes políticas, concretamente, decían: que estaba tratando y despachando asuntos oficiales de Estado, igual esto cuela para algún@, pero creo que después de una operación, los asuntos de Estado le interesaría como cuando se fue a cazar a Botsuana con Corinna, encontrándose el país  a punto de ser rescatado por parte de la UE.
Al Rey por ser Rey, le aplican doble ración de aplaudimiento y entusiasmo.
Si Don Juan Carlos, en vez de consultar el ranking de los mejores especialistas, se pusiera bigote, barba y peluca y entrara en un hospital por urgencias, las cosas irían de otro modo. Aunque se han realizado una infinidad de recortes en sanidad, todavía es de lo mejor que tenemos si no continúan desmantelándola. Sólo hay que ponerse en la cola a esperar una lista de espera interminable para cualquier especialista, prueba radioagnóstica o intervención quirúrgica , y llevar la tarjeta entre los dientes. Si el Rey ha perdido la suya o carece de ella, que no se preocupe. Yo le presto la mía para que le hagan la resonancia magnética dentro de casi 3 meses en la privada.

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